Esto es lo que causa el estrés en tu piel y cabello

El estrés es un problema que puede dejarte marcas de por vida

Sin duda, el estrés es una de las enfermedades más importantes de los últimos años. Está presente en la vida de la mayoría de las personas y cada una lo enfrenta de manera distinta: hay quienes lo toman con más calma y control, pero hay otros que viven esta sensación con agobio, preocupación y ansiedad. Todas estas emociones, a la larga, le pasan factura a nuestra piel y cabello.

¿Cómo afecta?

El estrés es considerado como un factor desencadenante de distintos padecimientos que afectan sensiblemente nuestra salud. Esta condición tiene un efecto negativo en nuestra piel porque ocasiona descamaciones, pigmentaciones, escozor, resequedad y picazón y, en casos más graves, también se puede provocar acné, caída del cabello, sudoración excesiva, uñas quebradizas y urticaria, de acuerdo con la Secretaría de Salud.

Tal vez, ahora te pones a pensar que ese granito que te apareció después de un día muy demandante en el trabajo o esa alergia repentina podría estar relacionada con el manejo del estrés. Si es así, es importante que lo atiendas porque las consecuencias que puede tener sobre tu piel son diversas y en algunos casos, pueden dejarte marcas de por vida.

Tal es el caso con el acné, provocado por las alteraciones hormonales y que mal atendido, puede agravarse y dejar cicatrices no sólo físicas sino emocionales; el envejecimiento generado por la resequedad de la piel y la psoriasis (inflamación y descamación de la piel que normalmente aparece en codos, cabeza y rodillas) también son señales de alerta de que las preocupaciones están repercutiendo en tu salud.

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Con la constante exposición a situaciones de mucho estrés no sólo pierdes cabello (esta condición interrumpe el crecimiento del folículo piloso) sino también te provoca la aparición de canas debido a que disminuye la producción de la melanina.

¿Cómo controlar el estrés?

Aprender a controlarlo es la mejor arma para combatir estos padecimientos. Te recomendamos practicar técnicas de relajación y ejercicio, como el yoga. También es importante evitar el consumo de sustancias estimulantes, tales como el tabaco, la cafeína y el alcohol. Pero, si sientes que las cosas no mejoran, te sugerimos acudir con un profesional de la salud mental y un especialista de la piel. Ellos te guiarán en el cuidado óptimo de tu salud.

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