Sé tú

¨Sé tú¨, escuché, y me quedé en silencio. Que poderoso mensaje me acababa de dar Andrés, mi gran amigo. ¨El valor más apreciable que te puedes dar a ti mismo y al otro es, sin duda, ser tu mismo, sin capas, ni disfraces, con verdades y transparencias¨.

Si volteas a tu alrededor te darás cuenta que no hay nadie como tú. Nadie tiene la misma apariencia física que tú. Nadie tiene el tono exacto de tu voz, ni las mismas manos, ni la misma mirada, ni tu sonrisa y mucho menos tu misma esencia.

Nadie tiene tus genes, el conocimiento que has ido absorbiendo a lo largo de tu vida, tu consciencia. Esa, de la única que no podemos huir. Y lo más impresionante es que nadie ha vibrado como tú, ante aquella mirada que algún día se cruzó con la tuya y te hizo sentir vivo.

Nadie tampoco guarda en su caja de sueños los mismos que desea tu corazón. Cada uno tenemos ilusiones diferentes, y claro, cuando nos alineamos con los de los demás y reconocemos que compartimos algunos o que festejamos los del otro, es como ganarse la lotería, un gran regalo del universo.

La suma de diferentes características como, tu edad, estado físico, deseos, amores, temores, creencias, ambiciones, metas y gustos, definitivamente nos convierten en seres únicos e irrepetibles. Y además creo que no hace falta mencionar la originalidad en nuestras huellas digitales y nuestro ADN. Por lo que veo que aquí, llegar a la conclusión es fácil. Además de que somos seres únicos, biológicamente también somos irrepetibles.

Vamos por la vida deseándole cosas bonitas a los demás, pero, ¿realmente así son los deseos que tenemos para con nosotros mismos? Lo más importante es que antes de desearle paz, amor, salud y felicidad a los otros, sea algo que nos podemos dar a nosotros mismos, porque no podemos dar lo que no tenemos.

Porque no hay paz y felicidad más contagiosa para quienes nos rodean, que la que cada uno, único e irrepetible, genera consigo mismo.

Una de mis prácticas favoritas es el uso de repeticiones, de recordatorios diarios. Un mensaje que me recuerdo constantemente es: ¨sé tú¨, ahí se crea la magia, porque como lo decía, desde nuestro sentido común y consciencia sabremos evaluar si la persona que estamos siendo nos funciona o no. Y cuestionarnos, ¿me gusta vivir y convivir conmigo? ¿Si yo fuera otra persona, me elegiría a mí?

Al final todo se resumen a la actitud mental; con esta y nuestros pensamientos creamos quienes somos, manifestamos físicamente nuestra realidad y la vida que estamos viviendo y soñando. Y para actitud mental, ninguna como la propia.

Sé tú, para que cuando alguien decida quedarse en tu vida sea por tu esencia, por ser tú. Porque como lo escribí en una de mis frases: ¨Mejores son los seres humanos verdaderos, que los inventados¨.

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