Victorinox Journey 1884, el reloj que marca una nueva era

Por más de 130 años Victorinox se ha encargado de mejorar su maestría en el acero inoxidable.

El corporativo Victorinox, dirigido actualmente por Carl Elsener IV, alcanza hasta 120 países en su red de filiales y distribuidores, siendo México, el mercado más importante para la empresa en América Latina, que se ha encargado por más de 130 años de mejorar el uso del acero inoxidable en la producción y el diseño de sus relojes, ofreciendo mejor calidad, eficiencia y rentabilidad en cada reloj.

“Hecho en Suiza” es más que un signo de calidad para la marca Victorinox que diseña, desarrolla, prueba y fabrica relojes en su propia fábrica ubicada en el Centro de competencia de relojes de Delémont, Suiza, lo que convierte a la marca en innovadora, genuina y única.

El Victorinox Journey 1884 es el nuevo reloj de la marca Victorinox, que cuenta con más de medio siglo de experiencia en industrialización y trabajo del acero, y rinde homenaje a paisajes suizos con un diseño en las manecillas que reproduce las señales de los senderos de las montañas suizas, así como el segundero que evoca la Navaja Suiza, una herramienta / un artículo indispensable para todo tipo de excursiones, además de una esfera con la textura rugosa de los senderos naturales y una correa de caucho práctica y de aspecto deportivo. Cada reloj cuenta con certificación ISO de resistencia a golpes y agua, ofreciendo una libertad durante cualquier actividad al usarlo y una amplia gama de correas que pueden intercambiarse fácilmente; son 8 modelos de los cuales 5 son con movimiento de cuarzo y 3 automáticos lo que refleja la versatilidad de la colección tanto para la vida urbana como al aire libre.

La firma suiza es responsable en hacer uso responsable de recursos reciclables, por ejemplo, las piezas de sus relojes utilizan un mínimo del 50 hasta el 90 por ciento de acero reciclado, así como latón reciclado y PET en el proceso de producción de cada artículo. Además de un equivalente al 20 por ciento de la electricidad utilizada en la fabricación de relojes se produce a partir de paneles solares situados en el tejado.