¿Chinches en casa? Prueba este truco para deshacerte de ellas fácilmente

Las chinches sin duda son uno de los insectos más molestos que pueden invadir tu casa, pues además de no poder notarlas fácilmente, debido a su diminuto tamaño, pueden generar picaduras que nos impidan dormir por tener esas ganas locas de rascarnos.

Pero ya no tienes que tolerarlas más, pues aquí en Panorama, te contaremos cómo y dónde encontrarlas para poderlas eliminar y así dejar de sufrir por sus mordeduras.

¿Cómo encontrar las chinches en tu casa?

Para eliminar las chinches, primero debes identificarlas, para hacerlo aquí te contamos sus características principales:

Las chinches, sobretodo las adultas, son aproximadamente del tamaño de una semilla de manzana (5-7 mm o) y son color marrón casi tirando a rojizo, cuentan con un cuerpo plano y ovalado, sobretodo si es que no ha sido alimentado recientemente. Además cuentan con antenas, alas que no utilizan para volar, y en gran mayoría se les puede pelos cortos de color dorado. Una forma de saber de su existencia en tus espacios, es que suelen dejar un olor maloliente y no nos olvidemos que se reproducen más rápido que los humanos por lo que estarán mayormente en grupito, otra señal muy evidente es cuando dejan marcado por una mancha en forma de ojo si tiene más de cinco días.

Las picaduras en la piel no son un indicador certero de una infestación de chinches, así que si notas tu cuerpo llenos de piquetes, sarpullidos o urticaria, es probable que te encuentres con estos mini insectos.

¿En dónde se esconden las chinches?

Además de la cama, la cual es uno de los lugares favoritos estos insectos, es posible que también las encuentres en las paredes, rendijas, costuras de ropa, sillas y sillones, entre almohadones, y hasta las tomas eléctricas y la zona detrás de pies y espaldas.

Las chinches pueden sobrevivir y mantenerse activas en temperaturas tan bajas como los 7 °C, pero mueren cuando su temperatura corporal llega a los 45 °C.
Para matar las chinches con calor, la habitación debe estar aún más caliente para asegurarse de que el calor prolongado llegue a las chinches sin importar dónde se esconden.