Emily in París muestra que la ropa de segunda mano ayuda al guardarropa y al medio ambiente

Con la llegada de la cuarta temporada de Emily in Paris a Netflix el pasado 15 de agosto, y los nuevos outfits de la protagonista interpretada por Lili Collins dándole la vuelta a todo el internet, en Panorama Web no podíamos pasar por alto la significativa enseñanza sobre sustentabilidad que los icónicos outfits de la serie nos dejan, pues, para sorpresa de muchos, algunas de las piezas son de segunda mano.

De hecho, la encargada de vestuario del programa, Marylin Fitoussi, colavoró con la start-up Vestiaire Collective, que pertenece a Grupo Kering, dueño de firmas como Saint Laurent o Gucci, y que ofrece piezas de lujo usadas para fomentar la circularidad de los productos, con lo que gran parte del armario de Emily en París esta conformando con piezas icónicas de diseñadores o marcas que ya fueron usadas con anterioridad y, que de no ser rescatadas, podrían haber sido desechadas.

Pero esta práctica, de utilizar prendas de segunda mano en grandes producciones de entretenimiento, no es novedad, pues se utilizó el mismo método en la producción de Sex and the City, donde Patricia Field, la diseñadora de vestuario, no solo se hizo cargo de regalarnos outfits icónicos, sino que procuró el cuidado del medio ambiente mediante la recuperación de prendas de second hand, con ayuda de algunos especialistas, o con sus propias búsquedas en tiendas de segunda mano.

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¿Cómo impacta la ropa de segunda mano en el medio ambiente?

Pese a que muchas marcas del sector textil han tomado conciencia del impacto ecológico que tiene la sobre productividad de prendas de ropa y la cantidad de residuos que esto deja, incorporando campañas de reciclaje dentro de sus tiendas, no dejan de ser acciones suficientes para disminuir el impacto negativo de la moda en el medio ambiente, y es nuestro deber buscar otras alternativas para disminuir el impacto negativo que nuestra vestimenta provoca en el planeta.

Y es con la búsqueda, recuperación y uso de prendas de segunda mano que podemos disminuir considerablemente los residuos de textiles en el planeta, consiguiendo además una exclusividad única en la moda, adquiriendo gracias al second hand prendas que ya no se encuentran a la venta, que dejaron de producirse hace muchos años o que representan un hito en la historia de la sastrería.

Además, comprando ropa de segunda mano podemos crear un estilo único e inigualable, pues las prendas no son reproducidas masivamente, y ahorrar dinero, ya que con la condición de segunda mano se reducen los costos de venta en la ropa.

De esta forma, combinando el amor por la moda y los diseños exclusivos, como lo hace el vestuario de Emily in Paris, podemos contribuir a reducir el daño ambiental que causa la industria textil.