Juan Gabriel en Bellas Artes, el polémico show que cimbró a la sociedad y la moda mexicana

“La ocasión es única, luego del diluvio de opiniones, todos aguardan lo que era increíble hace un año: el acoplamiento de la máxima orquesta del país y el Rey de los Palenques”, escribió el intelectual y periodista mexicano Carlos Monsiváis para referirse, en una crónica de la revista Proceso, al emblemático concierto de Juan Gabriel en Bellas Artes que, durante cuatro días, sacudió por completo a México, pues nunca antes un cantante popular se había presentado en el magno recinto del arte en México: Bellas Artes.

Pese a los comentarios negativos y las protestas que presidieron la presentación del Divo de Juárez, mil 396 personas se entregaron al ritmo de Juan Gabriel en el primer concierto grabado en vivo y con sistema digital multitrack en México. Así, del 09 al 12 de mayo de 1990, la Orquesta Sinfónica Nacional, dirigida por Enrique Patrón de Rueda, y Juan Gabriel, pusieron de pie a todos los presentes en el Palacio de Bellas Artes durante poco más de tres horas.

“La experiencia es efímera y conviene aprovecharla, y mientras Juan Gabriel se enmarca en sus homenajes, y el público se olvida de que está en Bellas Artes o de que no está en el Premier, la orquesta se incorpora al ánimo festivo, los violinistas se levantan y se inclinan como si de pronto se hallaran en el centro del reventón y echan todo el relajo posible con tal de proteger la solemnidad”, dice Monsiváis en el relato.

Además, como si todo ello no representará ya uno de los mayores hitos en la historia de la música mexicana, quien por nacimiento se llamaría Alberto Aguilera Valadez, se presentó vestido con pantalón y chaqueta negros en adornos de lentejuelas doradas, rompiendo con ello todos los parámetros de vestimenta que la moda de la época tenía para los cantantes masculinos:

“[...] Juan Gabriel en Bellas Artes es el acontecimiento del año. Y aguardado con la devoción que le corresponde a un ídolo en tiempos de escasez de santos contemporáneos, aparece con glitter precioso, Juan Gabriel en el escenario”, relata Carlos Monsiváis el 12 de mayo de 1990, en la edición 706 de la revista Proceso.

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¿Cómo fue el coro que acompaño a Juan Gabriel en Bellas Artes?

Y como si el tener a la Orquesta Sinfónica Nacional y a Juan Gabriel en vivo no fuera suficientes para causar un gran impacto, en el escenario se presentaron a 24 niños educados en un albergue que el cantante abrió en Ciudad Juárez a partir de 1987, para que 126 niños huérfanos, de madres solteras o padres de escasos recursos, de entre 6 y 13 años, recibieran educación e instrucción musical, acto con el que terminó de inundar de cariño el corazón de todos los presentes.

“Entonces el coro se eleva hasta los cielos de la felicidad vocal, él agradece, declara a este “el momento más feliz de mi vida”, dice Monsiváis, aunque el discurso de El Divo de Juárez no se limitara a ello y continua:

“Esta noche estoy feliz y quisiera expresarles mi deseo: que todos los artistas populares tengan la oportunidad de venir aquí porque este lugar se construyo con dinero del pueblo. Y que se le dé un lugar aquí a los compositores populares, porque en su época también Bach, Beethoven y Mozart fueron populares y tuvieron sus dificultades. No es que compare, pero me informan que en la entrada unos cantantes de ópera dicen que este es su lugar y no el mío.”

Para el gran final, Juan Gabriel interpretó Ya lo pasado pasado y pide un aplauso para el amor, sin saber que, después de eso, regresaría a Bellas Artes en otras dos ocasiones, la primera para celebrar 25 años de carrera en 1997 y la segunda, tres años antes de su trágica defunción, para conmemorar 40 años de trayectoria musical en 2013.