¿Cómo afrontar el doloroso adiós a una mascota?

Hay temas difíciles de abordar, pero necesarios. Uno de ellos es la muerte todos vamos para allá

Hoy quiero hablar de la muerte de las mascotas. Esos seres que sin ser de nuestra sangre se roban nuestro corazón y se mimetizan con nosotros y nuestra familia, que nos aman incondicionalmente y acompañan en todo momento. En México, siete de cada 10 familias mexicanas tienen una mascota, y es un número que va en ascenso. Cada vez más, gente joven decide tener una o varias mascotas. El promedio de vida de una mascota, dependiendo de la especie y la raza tiene diferentes expectativas. Los perros, por ejemplo, entre 10 y 15 años, los gatos entre 12 y 18, los conejos entre 7 y 10 y los hámsteres entre 2 y 3. Pero ¿qué pasa el día que fallecen? ¿Qué se hace? ¿A quién recurrimos? ¿Cómo nos despedimos dignamente? ¿Qué se hace con el cuerpo? ¿Cómo saber cuál es la disposición adecuada?

Normalmente es un suceso que pasa repentinamente, pero que valdría la pena tener previsto un plan de acción para cuando esto suceda. Podemos pensar que sería tema del veterinario, y aunque algunos sí dan este servicio no necesariamente son los más indicados.

Para hablar del tema y resolver todas mis dudas, tuve una plática con Manuel Ramírez, director de Bye Bye Friend, el primer santuario funerario para mascotas en la Ciudad de México. Ramírez me platica que él se dedica ya a los servicios funerarios para humanos desde hace más de 20 años, pero que poco antes de la pandemia por Covid-19 vio la necesidad de cubrir este nicho.

En México existe una laguna alrededor de este tema. Normalmente son los veterinarios quienes se encargan del tema. Hay datos que arrojan que el 75% de los cuerpos de las mascotas sin vida son arrojados a la calle o cremados junto con más mascotas, de tal forma que cuando te dan las supuestas cenizas en realidad no sabes de quién son. Y la parte emocional de los dueños de las mascotas queda totalmente descuidada.

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Manuel Ramírez ideó un ritual de despedida en conjunto con tanatólogos permitiendo así un cierre cálido y significativo para la familia de la mascota. El habla de darles una vida y trato digno, pero también de una despedida a la altura del amor y cariño que les tuvieron. Todo comienza con una llamada al call center que tienen 24 horas y de ahí ellos se encargan de la recolección y de todo lo demás. La transportación del cuerpo es dignificada también envolviendo a la mascota en una sábana blanca y colocándola en una carroza fúnebre que simula un jardín. Todo el proceso se lleva a cabo con la mayor discreción y respeto.

Parte del ritual consiste en escribirle una carta de agradecimiento a la mascota con una ceremonia en donde dicha carta se desintegra en un espejo de agua. Se peina y arregla a la mascota para presentarla ante la familia para darle el último adiós en una pequeña salita en donde se ofrece desde una misa hasta una meditación. Ahí mismo, si la familia lo desea puede ver como el cuerpo de su mascota es ingresado en el horno crematorio especial para que se le entreguen las cenizas correspondientes y no exista duda de que son de ella. Tienen nichos en donde se puede colocar la urna o bien se la pueden llevar.

Y como en todo, aquí también existen caprichos. Con las cenizas se pueden hacer diamantes, que van desde muy pequeños hasta los 2 o 3 quilates, dependiendo el presupuesto.

También con la cobijita o suéter de la mascota se puede confeccionar un pequeño muñeco para guardar por siempre de recuerdo.

Platícanos si es que has tenido la experiencia de que tu mascota fallezca, cómo fue, también si tienes alguna idea o tip para transitar este momento de dolor.