Ciclo menstrual: María Milo desmonta mitos para hablar sobre el poder del cuerpo femenino

La escritora y poeta se cuestiona sobre cómo se ha modificado la concepción del ciclo menstrual y cómo cambiarla empoderaría a la mujer

De tres cosas me acuerdo de cuando tuve por primera vez mi ciclo menstrual. La primera, que me empezaron a dar muchas ganas de llorar sin tener una razón específica. Segunda, una maestra nos dijo que en los días de luna llena se ponía un poco loca. Y tercera, la única que realmente me pareció emocionante, pero es falsa: que mi ciclo se sincronizaría con el de mis amigas después de un tiempo.

Años después me parece peligroso y triste que lo único que no me pareció aterrador y desventajoso sobre los procesos hormonales de mi cuerpo, fue algo que en realidad es un mito, y que proviene de la misma desinformación que nos hace creer a todas que somos dramáticas, exageradas, locas y bipolares.

En algunas culturas prehispánicas se creía que el ciclo menstrual tenía poderes mágicos que te permitía ver el futuro. En la Edad Media, cambió. Se empezó a considerar como algo sucio, peligroso y suficientemente tóxico como para causar desastres naturales. Al día de hoy, han cambiado muchas cosas, pero aún así la ignorancia cultural alrededor de la menstruación sigue siendo el resultado de no contar con una perspectiva de género en la educación sexual, más allá de la simple descripción de los procesos biológicos.

Pensé dos veces en escribir estas líneas, porque aún hoy es incómodo. Se siente como un tema del que no deberías hablar porque no es tan importante, porque suena exagerado; preocupaciones demasiado femeninas, con brillos, diamantina y una explosión de rosas a su alrededor. O por lo contrario, asqueroso.

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Pero ¿por qué tendemos a pensar que perdemos validación y empoderamiento si no abordamos las cosas como los hombres lo han hecho siempre? ¿Por qué tenemos que ponerlo como medida de todo? Hay que construir caminos que respondan a las necesidades de ambos ciclos biológicos.

Hace dos semanas, entré junto con un grupo de mujeres a la fase de prueba de una aplicación llamada Musa, que busca cambiar la narrativa sobre este tema. Me impactaron no solo los cambios acertados que sentí a nivel emocional y de conciencia, sino la cantidad de mujeres que diario se tomaban el tiempo de dar retroalimentación a los desarrolladores sin nada a cambio.

Las mujeres hemos podido abrir muchas puertas, sin embargo, nuestra comprensión y respeto por el ciclo de nuestro cuerpo es limitado y distorsionado. Tampoco se nos enseña a verlo como herramienta para alcanzar un empoderamiento emocional y espiritual. Y esta necesidad por cambiarlo, se notó entre esta comunidad de mujeres.

Como afirma Gloria Steinem en Miss Representation: “A las niñas se les enseña a ver sus cuerpos como proyectos interminables en los que trabajar, mientras que a los niños desde una edad temprana se les enseña a ver sus cuerpos como herramientas para dominar el entorno”. Existe poca conciencia sobre los impactos cognitivos y emocionales que el ciclo menstrual tiene sobre nosotras. Y aún más importante, cómo usarlos y entenderlos para mejorar nuestras vidas. Catherine Woolley, neurobióloga de la Universidad Northwestern de Evanston, afirma que esto es “especialmente destacable porque la mayoría de las mujeres experimentan casi 450 ciclos menstruales a lo largo de 30-40 años.”

“El acto más importante de nuestra generación de mujeres será asociarnos con nuestro cuerpo, no dejarlo de lado”, afirma Michelle Miller. Y es que es cierto, cuando te sincronizas con tu cuerpo, puedes levantarte todos los días siendo una versión mucho más plena de ti misma. La historia negativa que te contabas deja de tener sentido, porque entiendes que todo tiene una razón de ser y una manera de usarlo a tu favor. El autoconocimiento es la verdadera forma de empoderamiento.