Marco Antonio Solís confiesa los secretos de su carrera y vida personal

Viajamos a Los Ángeles, California, lugar donde reside Marco Antonio Solís para una íntima entrevista con el cantautor, quien en medio de su gira por Estados Unidos, va a lanzar nueva música, a develar una nueva estrella en el Paseo de la Fama, y todo esto acompañado siempre de los pilares de su vida; sus hijas, Alison y Marla, y su esposa, Cristi.

Con una nueva gira que comenzó hace poco más de un mes por varias ciudades de Estados Unidos, además de estar próximo a presentar nueva música, Marco Antonio Solís goza de un gran momento en su vida y carrera.

Entero, feliz, agradecido con la vida y, sobre todo, con muchas ganas de cantar, de seguir escribiendo canciones y de inspirarse con ese don de componer con esas frases que encantan y enganchan a su público. Sin duda alguna, “El Buki” está en uno de sus mejores momentos personal y profesionalmente.

¿Cómo estás en este momento de tu vida?

Contento, feliz, agradecido, motivado y muy inspirado.

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¿Cómo resumirías más de 50 años de carrera?

De mucha intensidad, de mucha música y de mucho esfuerzo. Momentos difíciles, de incertidumbre, pero también, muchos aciertos y mucha gracia de Dios, y agradecido con el público por su apoyo. Me gusta subrayar que es cuestión de disciplina y fe cuando hablamos de tantos años. Eres católico y muy creyente.

¿La fe te ha ayudado en estas cinco décadas?

Sí, la fe es fundamental. La fe es eso invisible, pero que nos mueve y nos anima, es una energía que está presente, que nos empuja, nos alienta y que está dentro de nosotros; entonces, alimentar eso nos lleva a buen puerto en todas las incertidumbres de la vida. A todo tenemos que ponerle fe.

¿Qué haces para mantenerte en buena forma?

Mientras más años, más cuidado. Soy muy disciplinado; voy al gimnasio todos los días cuando estoy en casa. Cuando estoy fuera me cuesta más, pero trato de hacerlo; hago pesas y cardio y eso me ha servido mucho. Hace cinco años cambié mi alimentación y dejé de comer muchas cosas. Conforme uno es más grande concientiza más lo que come. Además de la meditación, estar en paz, encontrar momentos de reflexión y de estar contigo, tratar de dormir lo más que se pueda y cuidar las relaciones personales que son fundamentales.

Hablando de las relaciones interpersonales, tus hijas Alison y Marla heredaron tu talento musical, y están iniciando su carrera. ¿Qué consejos les das?

Más que consejos, respeto mucho lo que hace cada una de ellas. Me uno a sus sueños y trato de conversar con ellas sobre lo que es su pasión y lo que realmente les gusta hacer. Ambas están ligadas a la música, con géneros y temáticas distintos. Todo empieza con el respeto a lo que hacen y nunca les impongo nada. Les digo que sean siempre disciplinadas, que eso lo desarrollen al máximo, que lo expresen y que no tengan miedo de que al final ellas tienen la palabra y tienen en sus manos el poder de lograrlo.

¿Cómo eres en tu rol de padre?

Soy muy relajado, mi esposa me regaña porque soy demasiado relajado. Para mí, mis hijas son lo máximo y las adoro. Abrazar a mis hijas es algo muy especial. Tu esposa Cristi, ha tenido un papel esencial en tu vida personal y profesional…

Es parte fundamental, parte de mi carrera y de mi vida. Hay un antes y un después de Cristi. Es un gran ser humano, cambió mi vida positivamente y está también muy integrada a la carrera de mis hijas. Es el pilar de la casa, quien siempre está ahí con nosotros.

¿Cuál es el secreto para seguir vigente?

Mi misión es comunicar y llevar esta gracia que Dios me dio de escribir y generar estas frases en las canciones que conectan. A veces digo que no es una canción, sino dos o tres frases que conectan con la sensibilidad de la gente y les impactan de una manera bonita. A veces les mueve, les hace llorar y eso es lo que me mantiene vigente. Este regalo de la inspiración es intangible y es algo sublime para mí. Me siento muy agradecido y agraciado y mientras eso siga, tengo la motivación para seguirlo proyectando.

La Bukimanía se ha convertido en un fenómeno musical y en término de la cultura popular mexicana, ¿A qué le atribuyes esto?

Yo creo que lo bien sembrado siempre da buenos frutos, una semilla nuestra lleva mucha esencia, honestidad y respeto al público. Este público es de hace muchos años y yo no he perdido ese respeto y ese amor. Seguimos regando esa semilla con esa agüita de amor y de gratitud, y es así como trascienden las cosas. Creo que las nuevas generaciones van entendiendo esa fórmula. Hay mucha juventud en los conciertos. Y eso me llena de alegría.

¿Podemos decir que estás en un gran momento de tu vida?

Definitivamente, porque he estado escribiendo mucho en los últimos años y es una buena señal de que estamos conectados con lo que amamos.