TECHOS DE CRISTAL: La importancia de contar(nos)

Hace unos días tuve el honor de moderar un encuentro con Malala Yousafzai. Les comparto algunas reflexiones que me llevé del Nobel de la paz

“Las historias que consumimos tienen un poder extraordinario para moldear quiénes somos y quiénes aspiramos a ser”, comparte Will Storr, autor de La ciencia de contar historias. Malala entiende bien esta afirmación, no solo porque las historias son la herramienta central de su activismo, sino porque la historia detrás de su propio nombre ha marcado profundamente su identidad.

Malalai de Maiwand fue una heroína afgana del siglo XIX que inspiró a las tropas afganas durante la batalla de Maiwand contra el ejército británico en 1880. Según la historia, Malalai alentó a los guerreros afganos a no rendirse, aunque finalmente perdió la vida en el campo de batalla. Se convirtió en un símbolo de resistencia y fortaleza en la región, y el padre de Malala admiraba tanto la valentía y determinación del personaje que nombró a su hija en su honor y le contó su historia desde niña.

“¿Por qué mi hija es tan fuerte? se pregunta en diversas ocasiones el padre de Malala. “Porque no le corté las alas,” responde.

Es cierto que el rol de los padres marca la manera en que las mujeres nos contamos ante el mundo. Por eso, como Malala y Ziauddin Yousafzai lo hicieron, es importante cuestionar las formas tradicionales de manifestar el amor en las culturas patriarcales y buscar un amor que apoye la libertad y la independencia. Solo así se puede reconocer la opresión sistémica de la mujer sin usar la religión o la cultura como excusa para perpetuarla.

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En México, existen 6.4 millones de niñas y niños sin acceso a una escuela. El lenguaje, la falta de infraestructura, y las normas sociales son las barreras más comunes que se interponen en el camino, la última siendo una de ellas el matrimonio infantil.

Y es que ¿cómo alentar a las niñas a reconocer su voz y su poder cuando han crecido en condiciones de marginalidad y opresión? Eufrosina Cruz es un ejemplo de este desafío. Ella, quien también estuvo en el encuentro con Malala, comprende el poder de una historia; no solo porque descubrir otras posibilidades cambió el rumbo de su vida, sino porque, con su propia historia, está demostrándole a las mujeres mexicanas que sí hay otra forma de hacer las cosas.

Sigamos contándonos. Sigamos siendo guardianas de nuestra memoria. Sigamos compartiendo nuestras historias para que al recordar nuestro pasado cambiemos nuestro futuro.