Molti Diversi |“Escribo para que la muerte no tenga la última palabra” Mario Vargas Llosa

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María del Mar Barrientos

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Publicado: 17/4/2025 · 1:00 a.m. MX | Actualizado: 17/4/2025 · 1:00 a.m. MX

No hay soledad más triste que la del que vive sin amor. Lo peor del amor es que no se elige. Uno no se enamora para ser feliz, sino para vivir. En el amor, como en la literatura, lo verdadero puede ser mentira y lo falso puede ser verdad. Donde hay libertad hay literatura. Nada hay más fértil que la libertad para la creación. Las dictaduras son siempre enemigas de la cultura. Sin libertad, la vida pierde sentido. La literatura es una forma de felicidad. La ficción es más real que la realidad. Leer es protestar contra las insuficiencias de la vida.

Ser peruano es un acto de fe. El Perú es un país adorable y terrible. La civilización comienza con la desobediencia. Latinoamérica es una región que sueña en grande, pero se tropieza en lo pequeño. América Latina tiene más imaginación que justicia. Usted no es un ser humano, es un pretexto. Todos los seres humanos somos una mezcla de ángel y bestia. La libertad es un lujo que no todos pueden darse. La vida es lo que hacemos de ella, aunque siempre quisiéramos que fuera otra cosa. La memoria es un espejo que miente escandalosamente. El poder no se comparte, se toma o se pierde. El fanatismo es más contagioso que la peste.

La cultura no es un adorno, es el oxígeno del espíritu. Una sociedad sin imaginación es una sociedad condenada. El erotismo es una de las formas superiores de la civilización. El destino tiene más imaginación que nosotros. No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca existió. El tiempo desgasta las pasiones y embellece los recuerdos. La infancia es la única patria que nos queda. Una vida sin libros es una vida incompleta. Nada enseña mejor que una buena novela. No hay vida que no merezca una novela.

La muerte no convierte en santos a los canallas. Sólo la muerte nos iguala. Antes que ella, todo es jerarquía y mentira. Nada está más cerca de la muerte que el amor imposible. La muerte era un animal que merodeaba sigilioso, siempre cerca, aunque nadie quisiera verlo. La muerte no asusta tanto cuando se ha vivido como se quería. Lo que más me duele de la muerte es no poder contarla. Morir era parte del viaje, lo trágico era no haber salido nunca. La muerte, al final, es la única verdad irrefutable. Uno muere dos veces: cuando el corazón se detiene y cuando el mundo lo olvida.

María del Mar Barrientos