Lenguaje NO verbal de Charlene y Alberto de Mónaco pone en evidencia lo deteriorado que está su matrimonio 

Otro matrimonio real que cae ante la rutina y la presión de las cámaras, según su lenguaje no verbal

Lenguaje NO verbal de Charlene y Alberto de Mónaco pone en evidencia lo deteriorado que está su matrimonio 

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Si algo ha marcado la relación entre Charlene y Alberto, príncipes de Mónaco, son los constantes escándalos respecto a la solidez de su matrimonio, aunque aún se les ve juntos caminando de la mano, los medios no dejan de comparar sus más recientes apariciones en público, con las del pasado, segun en lenguaje corporal entre ambos el amor se esta acabando cada dia que pasa y las cámaras, son testigos de eso. ¿Será verdad que el enemigo del amor es la rutina o el distanciamiento es solo una señal de la madurez en una relación?

Antes de ser esposa de Alberto, Charlene Wittstock era una nadadora profesional, durante su carrera en el mundo del deporte participó en los juegos olímpicos de Sidney 2000, donde formó parte del equipo de relevos, gracias a su disciplina en la natación fue como llegó a ser princesa.

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Principes de monaco. Foto: Archivo

¿Cómo inicio esta historia de amor?

El escenario de su amor fueron los juegos de invierno de Turín en el año 2006, durante esta competencia deportiva el príncipe Alberto había quedado flechado ante la belleza de Charlene y verlos juntos era una fotografía acostumbrada en los medios, no importaba si era de la mano o de la cintura, ellos irradiaban romanticismo, expresanba su amor sin la necesidad de hablar, solo basta con ver su lenguaje no verbal para entender cuanto se querian.

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No fue hasta el 2011 (después de que Charlene se convirtiera en católica) que la pareja se casó, Charlene se convirtió en alteza serenísima entrando a la familia real, luego de cuatro años en el 2014, el nuevo matrimonio quien se presumía estaba al borde del colapso pues ya no se le veía juntos e incluso había rumores de infidelidad, sorprendió a los medios, anunciado que esperaban una pareja de gemelos.

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Charlene de Monaco e hijos. Foto: Archivo

En la actualidad

Después de la llegada de los gemelos, se presumía que la historia de amor de los príncipes de Mónaco tendría una segunda oportunidad, pero nada de esto, al contrario según expertos en lenguaje corporal, con cada aparición en los medios, se les ve menos enamorados.

Sus manos siguen juntas, pero ya no se buscan más la mirada, el contacto visual se ha perdido y aunque aún se le ve caminando juntos, mantienen una barrera entre ellos, según su lenguaje corporal. Parece que tantos años de rumores, engaños y enfermedades que los obligaron a separarse, están cobrando factura.

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Pese a que todavía la familia real no ha hecho ninguna declaración sobre el estatus de su matrimonio, la prensa ha apodado a Charlene como “La princesa triste” sin duda, un título que ninguna persona enamorada estaría feliz de llevar.

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Víctor Axotla

Hola soy Víctor y pienso que al escribir se desahoga el alma.

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