Kate Middleton es tan estricta como mamá que sus hijos no pueden romper esta regla

Kate Middleton se ha mostrado como una madre completamente interesada en el bienestar y sano desarrollo de sus hijos: George, Charlotte y Louis. Sin embargo, no es una mamá permisiva que consienta de más a sus pequeños, pues ha impuesto una estricta regla en casa que los príncipes no pueden romper por ningún motivo, ya que de hacerlo tendrían una grave repercusión.

¡La princesa de Gales puede ser una mamá bastante estricta!

Aunque cuentan con la ayuda de una niñera, William y Kate Middleton están muy al pendiente de la educación de sus hijos y se dice que les encanta participar en actividades como andar en bicicleta y hornear. Pero no todo es diversión y juegos para George, Charlotte y Louis, ya que, se sabe que los príncipes de Gales establecieron algunas reglas en su casa de Adelaide Cottage, en Windsor, incluida una que se debe cumplir en todo momento.

¿Cuál es la regla que los hijos de Kate nunca deben romper?

Según una fuente cercana a la pareja, esta es la regla que se debe seguir estrictamente en todo momento: "no debe haber gritos en la casa". "Gritar está absolutamente 'prohibido' para los niños y cualquier indicio de gritarse entre ellos se resuelve con la expulsión", reveló el testigo.

Pero en lugar de ser enviados a sus habitaciones o al rincón cuando se portan mal, la pareja tiene una técnica diferente: la charla en el sofá. "El niño travieso es sacado de la escena de la pelea o la interrupción y Kate o William le hablan con calma. Se le explican las cosas y se le describen las consecuencias y nunca les gritan", explicó la fuente.

¿Cuál es el castigo que pueden recibir George, Charlotte o Louis si rompen esta regla?

Puede parecer una alternativa muy simple para resolver este problema, pero para un niño ser “expulsado” o “interrumpido” en sus actividades o cuando está tratando de regular sus emociones, puede ser un gran castigo.

Los hijos de los príncipes de Gales tienen una vida normal como casi cualquier niño de Reino Unido. Sus padres se han encargado de evitar que reciban algún trato especial por ser miembros de la familia real, porque desean que los pequeños príncipes crezcan fuera de los privilegios o las obligaciones de la corona hasta que deban tomar su puesto al frente de la monarquía. Tan es así que hemos visto en más de una ocasión a Kate Middleton “regañando” o “corrigiendo” a los niños en público.