Masako, la emperatriz de Japón que lucha contra la depresión y el no tener un hijo varón

En estos días, los emperadores de Japón se encuentran de viaje en Reino Unido para reunirse con el rey Carlos III y la reina consorte Camila

Masako, la emperatriz de Japón que lucha contra la depresión y el no tener un hijo varón

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La emperatriz de Japón, Masako, se ha convertido en un ejemplo de lucha y en pro del cuidado de la salud mental, pues por décadas ha luchado contra la depresión y el hecho de no tener un hijo varón. Sin embargo, todo parece indicar que tiene una mejoría porque su condición le permitió realizar un viaje a Reino Unido.

Durante esta semana, la emperatriz Masako y el emperador Naruhito viajaron a territorio inglés para reunirse con el rey Carlos y su esposa Camila Parker, pues ambos gobiernos buscan estrechar lazos y fomentar una mejor relación entre las dos naciones. Se tenía previsto que el viaje se realizara en el 2020, pero la llegada de la pandemia complicó los planes.

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Los reyes de Reino Unido con los emperadores de Japón. AP

Masako, la emperatriz que ha lidiado con depresión por décadas

Masako de Japón fue diagnosticada con depresión desde hace dos décadas y ella ha sido abierta con el tema, incluso se comparten informes de su equipo médico, el cual catalogó la enfermedad de la emperatriz como trastorno de adaptación.

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Durante ese tiempo, la emperatriz nipona ha recibido atención médica, pero el cariño de la población también ha sido un gran apoyo para ella, tan así que, en diciembre pasado, con motivo de su cumpleaños, mandó un mensaje de agradecimiento por todo el apoyo que ha recibido. "tengo un profundo y sincero agradecimiento para todos los que han cuidado de mí, empezando por mis padres, que me criaron con amor", dijo en ese momento.

Asfixiante protocolo real provocó parte de la depresión de Masako de Japón

La vida dentro de una familia real no es sencilla a pesar de los múltiples lujos que gozan, pues deben cumplir con ciertos protocolos estrictos y seguir a pie de la letra cada una de las costumbres. La emperatriz Masoko lo aceptó cuando se casó con el heredero Naruhito en 1993, pero no resultó ser un proceso sencillo y eso mermó su salud mental.

Los expertos que están bajo la atención de la salud mental de la emperatriz señalan que su depresión crónica comenzó desde su boda, pues debía someterse a un protocolo riguroso de la milenaria corte nipona.

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Emperatriz Masako y el emperador Naruhito. AP

Como parte de su enlace nupcial debía renunciar a su vida personal y profesional, caminar tres pasos detrás de su esposo, no hablarle en público a menos de que él lo hiciera, sonreír y hablar con medida, no salir del palacio sin permiso, no contar con pasaporte individual, limitar su acceso limitado al teléfono y las visitas familiares o de amigos deben ser restringidas.

Aunque no fue lo único, ya que no logró dar un heredero varón para que continuara a cargo de la corona. Quedar embarazada también fue un asunto complicado para la emperatriz Masoko, pues tuvo que someterse a varios procedimientos de fertilidad y cuando lo logró, sufrió un aborto.

Fue hasta el 2001 cuando dio a luz, pero era una niña, la princesa Aiko, a quien se le ha cerrado toda posibilidad de subir al trono sólo por ser mujer. Ante estos problemas, no se le fuerza a la emperatriz nipona cumplir con todos los eventos y compromisos, sino que se ha dicho que ella participa en lo que ella quiere.

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Mariana Vidal

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