El beso incómodo de Charlene y Alberto que destapó el intento de escape de la princesa de Mónaco

Los príncipes de Mónaco están celebrando el aniversario 13 de un matrimonio que se considera por conveniencia. Te contamos los detalles.

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Charlene de Mónaco deslumbró a los 850 asistentes y millones de televidentes cuando apareció con un vestido de novia de ensueño, de la firma Armani, con hombros descubiertos y una cola de seis metros adornada con 40 mil cristales de Swarovski y 20 mil lágrimas de nácar. Sin embargo, el glamour de ese vestido contrastaba con la expresión de tristeza de la futura esposa de Alberto II, en el que debía de ser el día más feliz de su vida.

La princesa Charlene rompió en llanto unos minutos después de dar el “sí acepto” y de protagonizar junto a su esposo el beso más incómodo que se haya visto en una boda real. ¿Qué le pasaba a la princesa de Mónaco? Te contamos la historia de uno de los matrimonios de la realeza más controversiales y que desató rumores de infidelidades, intentos de escape y hasta los señalamientos de una boda arreglada.

Charlene y Alberto: El beso incómodo que desató las sospechas

Ese 1 y 2 de julio de 2011, en el rostro de Charlene no quedaba ni una sombra de la sonrisa con la que la joven nadadora sudafricana miraba al royal en los juegos Olímpicos de Invierno en Turín 2006, cuando hicieron su primera aparición pública juntos. En ese entonces, nadie esperaba que el romance entre Charlene Wittstock y el príncipe playboy (que solía salir con supermodelos de la talla de Claudia Schiffer y Naomi Campbell), dejaría su lista de conquistas para casarse con la joven atleta 20 años menor. Sin embargo, el amor prosperó y la pareja anunció su compromiso en junio de 2010.

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Igual que hizo Grace Kelly, la estrella de Hollywood y madre de Alberto II, para casarse con Raniero III, Charlene tuvo que aprender francés y monegasco, además de convertirse al catolicismo. Después de todo este esfuerzo se creía que la sudafricana estaba verdaderamente enamorada del príncipe Alberto II, por lo que parecía impensable que la entonces futura princesa de Mónaco intentara escapar de su boda; sin embargo, las lágrimas de Charlene y el beso incómodo entre ella y Alberto II, tras la boda religiosa, parecían confirmar que la princesa no solo había intentado huir una vez de Mónaco y de la boda real de ensueño, sino que lo intentaría hasta 3 veces.

Charlene habría intentado escapar de su boda con Alberto II | AP

Charlene de Mónaco: Los escapes frustrados y una boda llena de lágrimas

Días antes de que se llevará a cabo la fastuosa boda real que duró 3 días y tuvo un costo total de 53 millones de libras, una revista de noticias parisina informó que Charlene había sido detenida en el aeropuerto de Niza, desde donde se disponía a huir rumbo a Sudáfrica, esto después de supuestamente enterarse de una revelación "angustiosa" sobre la vida privada de su futuro marido. Los rumores apuntaban a que la entonces novia de Alberto intentaba escapar de su boda, tras enterarse de que el príncipe podría tener otro hijo ilegítimo que se sumaba a Jazmin y Alexandre, sus dos hijos ilegítimos. Sin embargo, el principado de Mónaco aseguró que simplemente se trataba de rumores malintencionados provocados por la envidia.

Más tarde, cuando Charlene fue entrevistada al respecto por el diario The Times, la princesa de Mónaco aseguró que sus lágrimas simplemente se debieron a la presión y el estrés del momento.

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"Había emociones encontradas debido a los rumores y, obviamente, la tensión aumentó y rompí a llorar [inmediatamente después de la ceremonia]", declaró Charlene de Mónaco.

Charlene lloró desconsoladamente en su boda | IG: @cristina.morato.oficial

No obstante, este drama real no terminó ahí, pues los rumores aseguraban que esta no había sido la única ocasión en la que Charlene trató de escapar a su boda real con Alberto II, pues al menos lo había intentado en otras 2 ocasiones.

La prensa francesa informó que, en mayo de 2011, Charlene había intentado fugarse en París, cuando viajó para probarse su vestido de novia. Durante la visita, la ex nadadora sudafricana se refugió en la embajada de su país en la capital francesa. También en mayo, Charlene hizo un segundo intento de fuga durante el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco. Por último, se dijo que la princesa había sido detenida en el aeropuerto de Niza, días antes de la boda, pues se disponía a viajar a Sudáfrica con un boleto que había comprado con su propio dinero. Fue entonces que las autoridades reales le confiscaron su pasaporte y la convencieron de casarse con el príncipe Alberto.

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La princesa regresó al Palacio de Grimaldi para casarse con Alberto el día 1 de julio por el civil y el día 2 de julio por la iglesia. Tras la boda, Charlene y Alberto se dieron un beso que no fue un beso y que incluso resultó más incómodo que el tímido beso en la mejilla que hubo entre la reina Letizia y Felipe VI de España, pues hubo quienes aseguraron que Charlene esquivó a su esposo. La nadadora convertida en princesa de Mónaco caminó tomada del brazo de su esposo por el patio del Palacio Grimaldi y comenzó a llorar desconsolada, mientras se alejaba del altar, en medio de 850 invitados que la miraban desconcertados.

Charlene de Mónaco y Alberto II se dieron un beso incómodo tras su boda | AP

Tras la boda, la pareja viajó a Sudáfrica, el país natal de la princesa Charlene de Mónaco para lo que se pensaría sería una romántica luna de miel; sin embargo, trascendió que los príncipes de Mónaco no pasaron la noche juntos, pues ni siquiera se hospedaron en el mismo hotel. Alberto II se alojaba en el hotel Hilton de Durban, mientras que Charlene dormía en el Hotel Oyster Box de Umhlanga. La explicación al respecto que no convenció aseguraba que al príncipe Alberto le convenía permanecer en Durban, porque tenía una reunión temprano a la mañana siguiente. Sin embargo, nadie supo explicar por qué Charlene no se quedó simplemente con él en el Hilton.

¿Un matrimonio por conveniencia? Las misteriosas capitulaciones que firmó Charlene Mónaco

Un detalle que ha llamado la atención del controvertido matrimonio entre Charlene de Mónaco y Alberto II, el cual ha sido considerado uno de los matrimonios más fríos de la realeza, son las misteriosas capitulaciones que firmó Charlene de Mónaco.

Como ya se sabe, la parte de la pareja que se une a la familia real debe de firmar un documento en el que aceptan ciertas condiciones en caso de que el matrimonio real termine. En ese sentido, Charlene de Mónaco tuvo que firmar un documento antes de casarse en el que se comprometía a permanecer en el matrimonio, al menos 5 años y a convertirse en madre, para dar un heredero al Principado de Mónaco.

Tres años más tarde, Charlene dio a luz a los gemelos Jacques y Gabriell, quienes fueron los primeros herederos legítimos al trono después de los hijos de Alberto fuera del matrimonio.

Charlene y Alberto de Mónaco con sus hijos Jacques y Gabriell | AP

Tras 10 años de matrimonio, en 2021, surgieron nuevos rumores acerca de que Alberto II habría tenido un tercer hijo ilegítimo, en 2005, esta vez con una mujer brasileña. Tras esta noticia, la princesa se tomó una misteriosa pausa médica prolongada en Sudáfrica, lo que la llevó a pasar la mayor parte del año lejos de su esposo y sus hijos. La princesa Charlene incluso se perdió el séptimo cumpleaños de sus gemelos y su décimo aniversario de bodas.

Antes de regresar a Mónaco, la princesa Charlene estuvo un par de meses internada en una clínica de salud mental en Suiza, A su regreso, la princesa prisionera se vio obligada a firmar una capitulación nueva. En dicho documento se especifica que la princesa Charlene recibiría 12 millones de euros al año a cambio de acudir a algunos actos oficiales del Principado.

Charlene de Mónaco, la nueva versión de la princesa Grace Kelly

Tras el llanto que derramó después de dar el 'sí acepto' más triste, frente al altar, Charlene de Mónaco se ganó el apodo de princesa prisionera, pues en vez de estar sonriente en el que se esperaba que fuese un de los días más felices de su vida, parecía que estaba siendo obligada a casarse con un hombre al que ya no amaba.

Charlene de Mónaco parece una nueva versión de Grace Kelly, la princesa triste | AP

Trece años después, la princesa Charlene permanece casada con Alberto II de Mónaco, aunque sigue luciendo triste y con una mirada apagada. Se le ve casualmente en eventos a lado de su flamante esposo con quien sigue protagonizando besos incómodos con un gesto de amargura en su rostro.

Alberto y Charlene en el 10 aniversario del ascenso al trono del príncipe | AP

Charlene de Mónaco pareciera haberse convertido en una nueva versión de Grace Kelly, una mujer que soñó con convertirse en una princesa de cuento y terminó convertida en una princesa triste, prisionera y sumida en un matrimonio lleno de infidelidades y prohibiciones que la sumieron en una profunda tristeza y amargura. Un matrimonio que incluso la alejó de su pasión: el cine. Así como Charlene tuvo que alejarse del deporte. ¿Será esta profunda tristeza la maldición de las princesas de Mónaco?

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Tania Itzel Vargas

Soy Tania Itzel, redactora con cinco pasiones en la vida: leer, escribir, los karaokes, la astrología y los movimientos sociales.

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