En la reciente inauguración oficial del Parlamento, el Rey Carlos III hizo una aparición que ha dado mucho de qué hablar. Su lenguaje corporal durante el evento ha sido objeto de análisis y ha revelado detalles interesantes sobre su estado de ánimo y su relación con el entorno y las personas a su alrededor. La inauguración oficial del Parlamento es uno de los eventos más importantes en el calendario británico. Este año, fue particularmente significativo ya que fue el primer discurso del rey bajo un gobierno laborista en 14 años. Carlos III habló sobre las políticas que su gobierno planea implementar, incluyendo medidas sobre migración ilegal, vivienda y derechos de los trabajadores. Carlos III y Camila llegaron desde el Palacio de Buckingham a Westminster en un carruaje estatal, una muestra de la grandiosidad de la monarquía británica. Sin embargo, detrás de la majestuosidad, los pequeños momentos de frustración del rey no pasaron desapercibidos. El rey Carlos III y la reina Camila hicieron una entrada impresionante en la Cámara de los Lores. Carlos, con su corona imperial y túnica de estado, se mostró visiblemente incómodo en algunos momentos. La ceremonia estuvo llena de pompa y tradición, pero también de pequeños incidentes que captaron la atención del público. Uno de los momentos más comentados fue cuando el Rey Carlos III pareció molestarse con un paje que intentaba ayudarle a ajustar su túnica. Las cámaras captaron el momento en que el monarca, de 75 años, retiró bruscamente su mano mientras le colocaban su insignia, esta escena generó especulaciones sobre si Carlos estaba simplemente cooperando con el paje o si realmente estaba exasperado por su pesado vestuario. Otro incidente fue cuando la Reina Camila, quien optó por un vestido turquesa con cinturón, tuvo que hacer un ajuste en su vestuario al usar una gabardina impermeable debido a la lluvia pero tuvo un momento complicado al tratar de ponersela que generó polémica, pues aún con la ayuda de un asistente y el rey, ambos monarcas mostraron un lado más humano y menos formal de la realeza al ayudar con impaciencia.. Además, durante su discurso, el padre de William y Harry se mostró un lenguaje corporal muy tenso pero aún así continuó con su discurso en el que subrayó la importancia de la seguridad, justicia y oportunidades para todos. Destacó las medidas sobre migración ilegal, vivienda y derechos de los trabajadores, y la nacionalización de los ferrocarriles. El reciente episodio en el Parlamento no es la primera vez que Carlos III muestra signos de impaciencia en público. A lo largo de los años, ha habido varios momentos donde el rey ha sido captado en situaciones incómodas o molesto con su entorno. A principios de la semana, el rey fue visto gritándole a un asistente mientras su esposa, la Reina Camila, luchaba por ponerse un abrigo en medio de un vendaval en Jersey. La frustración del rey fue evidente y generó comentarios sobre su temperamento en situaciones públicas. En 2022, durante una visita al castillo de Hillsborough, Carlos III se mostró claramente molesto por un bolígrafo que goteaba mientras firmaba el libro de visitas. Sus palabras exactas fueron: “No puedo soportar esta maldita cosa”. Este incidente fue ampliamente comentado y es solo uno de los muchos momentos en los que el rey ha mostrado su frustración en público. Unos días antes de la coronación, el rey también tuvo un incidente con un tintero, pues mientras firmaba la Proclamación histórica, hizo un gesto frenético a un asistente para que retirara un tintero que le resultaba incómodo. Este momento se convirtió en un tema de memes y bromas en redes sociales, destacando la tensión en ese día tan importante.