Charlene de Mónaco escapa a Francia para vivir un supuesto romance con un misterioso magnate

La princesa Charlene de Mónaco y el príncipe Alberto II protagonizan uno de los matrimonios más fríos de la realeza, que además, está envuelto por rumores de infidelidades, intentos de escape y hasta un supuesto matrimonio por conveniencia. Sin embargo, el escándalo más reciente asegura que Charlene escapa a Francia para vivir su romance con un misterioso magnate.

Recientemente, vimos a la pareja real de Mónaco aparecer en la inauguración de la justa olímpica de París 2024. Los príncipes de Mónaco Charlene y Alberto lucían regios, pero fríos como en todos los eventos públicos donde se les ve juntos, incluso después de su boda. No obstante, no era así como se les veía en los juegos Olímpicos de Invierno en Turín 2006, donde fueron captados por primera vez juntos y la entonces nadadora sudafricana sonreía y le dedicaba miradas llenas de amor al conocido como príncipe playboy. Una década después, se dice que la royal escapa a Francia para convivir con un misterioso novio. Te contamos los detalles.

Charlene de Mónaco y Alberto II tendrían un supuesto contrato para fingir el matrimonio real

De acuerdo con medios internacionales, Charlene de Mónaco, también conocida como “la princesa triste”,desde que se le vio llorar amargamente el día de su boda, a la que llegó con un deslumbrante vestido de novia de ensueño, de la firma Armani, con hombros descubiertos y una cola de seis metros adornada con 40 mil cristales de Swarovski y 20 mil lágrimas de nácar. Desde entonces, los rumores de que la princesa había tratado de escapar de su boda con Alberto acapararon las portadas de los diarios e iniciaron los rumores de un supuesto matrimonio arreglado.

Aparentemente, la glamorosa princesa Charlene había hecho hasta 3 intentos por escapar de Mónaco y regresar a su natal Sudáfrica con su familia, después de que se enteró de una infidelidad de su prometido. Sin embargo, la princesa fue detenida e incluso se dice que se le retiró su visa para que no pudiera escapar de su compromiso real. Charlene aceptó casarse con Alberto en una boda que terminó con un beso muy incómodo en el que la princesa pareció intentar esquivar a su esposo. Charlene salió de la iglesia del brazo de su esposo, pero no salió sonriendo como una novia en su gran día sino que la royal, que se ganó el apodo de “princesa triste”, salió llorando y limpiándose las lágrimas con un pañuelo.

Tras la boda surgió el rumor de que la princesa de Mónaco habría sido obligada a casarse con el príncipe Alberto y a firmar unas misteriosas capitulaciones, un documento en el que la royal tuvo que aceptar ciertas condiciones matrimoniales. Por ejemplo, se dice que Charle de Mónaco se comprometió a permanecer en el matrimonio, al menos 5 años y a convertirse en madre, para dar un heredero al Principado de Mónaco.

Asimismo, se dice que en 2021, luego de que surgiera el rumor acerca de que Alberto II habría tenido un tercer hijo ilegítimo, en 2005, esta vez con una mujer brasileña. La princesa Charlene se tomó una misteriosa pausa médica en Sudáfrica y,a su regreso a Mónaco, la princesa Charlene tuvo que firmar otra cláusula matrimonial en la que se especifica que la royal recibiría 12 millones de euros al año a cambio de acudir a algunos actos oficiales del Principado. Desde entonces, hemos visto a la princesa acompañando a su esposo en varios eventos públicos e incluso protagonizando más besos incómodos y fríos.

Este es el mágico lugar en Francia donde Charlene de Mónaco se encuentra con su novio

Lamentablemente la princesa de Mónaco parece haber seguido los pasos de su antecesora la princesa Grace Kelly, quien se casó muy ilusionada con el príncipe Raniero III y terminó sumida en una profunda tristeza en un matrimonio lleno de infidelidades que además la alejó de su más grande pasión, el cine.

No obstante, Charlene de Mónaco podría no haberse resignado a vivir una vida triste y logró encontrar la manera de disfrutar del amor, a lado de un misterioso magnate ruso llamado ruso Vladislav Doronin.

Se dice que mientras el príncipe Alberto II le paga a su esposa para mantener la apariencia de una familia unida, la princesa tiene la libertad de escapar a su rincón favorito de Francia para vivir con su novio. Charlene de Mónaco y su novio disfrutan de su amor en El Château de Marchais, un castillo en el noroeste de Francia. Se trata de una enorme propiedad de los Grimaldi que tiene una extensión de casi 1,500 hectáreas. En la década de los 80 albergó una manada de camellos, entre otros animales exóticos, rescatados de un zoológico en quiebra.

Según los rumores, esta es la manera que encontró Charlene de Mónaco para de sobrevivir a la vida real casada con Alberto II y sin perder el derecho a ver a sus hijos. ¿Crees que el matrimonio real de Charlene y Alberto de Mónaco sea solo un contrato?