La arriesgada razón por la que no deberías conocer nunca el nombre de tu ángel de la guarda

Si crees en los ángeles de la guarda, este es un dato que debes de saber

Desde pequeños muchos crecemos con la idea de que cada uno tiene un ángel de la guarda que nos acompaña y guía a lo largo de toda nuestra vida. Un ser al que le pedimos nos cuide y nos dé ese apoyo que a veces necesitamos cuando no nos sentimos seguros o creemos que estamos perdidos.

Sin embargo, algo que pocos se preguntan es ¿cómo se llama ese ser que no nos deja ni un segundo y se dedica a cuidarnos? El problema a esta pregunta es que existen unas razones muy poderosas por las cuales no debemos nunca de saberlo. Y es que por muy increíble que parezca o, incluso hasta ilógico, las personas que piden a sus ángeles de la guarda no deben de conocer sus nombres nunca. Por ello es mejor que solo le hables como lo que son, “ángeles de la guarda”

El nombre de tu ángel de la guarda

Es importante mencionar que Los ángeles de la Biblia se negaron a dar sus nombres cuando se les preguntó, pues aunque Dios creó muchos, eligió solo revelar el nombre de tres: San Gabriel, San Miguel y San Rafael. Incluso en el libro del Génesis, Jacob el patriarca no pudo conocer el nombre del ángel que luchó a su lado en el desierto. Lo que nos dice que debemos de respetar el no conocer sus nombres. Pues como muchos lo consideran, nombrar es reclamar autoridad sobre ello, y en este caso no tenemos autoridad sobre Los Ángeles.

Otra de las razones es que al intentar comunicarnos con nuestro ángel de la guardia, al hacerlo estamos comunicándonos con el mundo espiritual , lo que nos pone en peligro de vincularnos con ángeles caídos o demonios. Además, la Iglesia advierte sobre este tema, aseverando que “debe desalentarse la práctica de asignar nombres a los Santos Ángeles”.

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