Jacques y Gabriella roban cámara en la celebración de Santa Devota mientras Charléne luce distante

En la efusión de Jacques y Gabriella durante la festividad de Santa Devota, acompañados por sus padres

Jacques y Gabriella roban cámara en la celebración de Santa Devota mientras Charléne luce distante

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Bajo el cálido resguardo familiar, en compañía de numerosos vecinos, Charlène, Alberto de Mónaco y sus hijos han seguido la arraigada tradición, instaurada en 1874, de incinerar un barco mediante antorchas. Este ritual se lleva a cabo cada 26 de enero en honor a Santa Devota, la patrona de la nación monegasca, y este año no ha sido la excepción.

Hijos de Charlène de Mónaco se roban las mirada

Un día después de celebrar su cuadragésimo sexto cumpleaños, Charlène de Mónaco ha participado una vez más en las ceremonias dedicadas a Santa Devota. Acompañada por su esposo, Alberto de Mónaco, y sus hijos, Jacques y Gabriella, quienes, con su espontaneidad característica, han vuelto a robarse el protagonismo con sus gestos encantadores.

En un ambiente familiar, rodeados por una multitud de vecinos, la familia real ha seguido la tradición centenaria de quemar un barco con antorchas, siendo los pequeños príncipes los encargados de llevar a cabo este emocionante acto. Las imágenes capturan la alegría compartida de Jacques y Gabriella, intercambiando risas o expresiones asombradas mientras las llamas danzaban ante ellos.

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Hijos de Charlène de Mónaco se roban las mirada. Foto: @palaisprincierdemonaco

En cuanto al atuendo, Gabriella ha deslumbrado con un abrigo en tonos claros con un estampado de cuadros de la reconocida marca Burberry. Este elegante conjunto se combinó con pantalones negros y unas botas de piel en tono camel de la marca Chloé.

La celebración también incluyó la ceremonia de la Salvación del Santísimo Sacramento en la iglesia Sainte-Dévote, presidida por Mons. Dominique-Marie David. El mito de Santa Devota, una joven cristiana martirizada por Bárbaro en Córcega, se revivió antes de encender el barco. Su cuerpo, robado por sus compañeros creyentes, fue colocado en una embarcación destinada a llevarla a África.

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Karen Luna

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