Revelan que un espía trabajó para Isabel II sin que ella lo supiera

Un espía de la KGB filtraba información de la reina Isabel II haciéndose pasar por un miembro del staff de la familia real que le ayudaba con las colecciones de arte.

¿Sabías que durante casi diez años la fallecida reina Isabel II tuvo un espía soviético entre los miembros de su equipo? Sí, leíste bien, y no era un espía cualquiera, sino que era de la mismísima KGB, y aunque esto parece sacado de una película de espionaje, es real y salió a la luz recientemente gracias a documentos desclasificados del MI5. Así que si pensabas que los palacios reales solo eran escenarios de glamour y protocolo, hay muchos más de lo que aparentan.

En el caso de la reina, tuvo a su lado a un hombre llamado Anthony Blunt, quien en un inicio era profesor en Cambridge pero que fue reclutado por la KGB en los años 30 y a lo largo de la Segunda Guerra Mundial desempeñó un alto cargo en el MI5, donde tenía acceso a información de gran relevancia, después se unió al equipo de la familia real, haciéndose pasar por un renombrado historiador de arte y topógrafo encargado de la Colección Real, donde además de supuestamente organizar las obras de arte de la Reina, también filtraba información confidencial a los soviéticos.

Y aunque en 1964 terminó confesando ser un espía soviético, la reina Isabel II no se enteró hasta 1973, que fue cuando el gobierno británico le informó sobre esta traición.

¿Por qué Isabel II no supo la verdad por casi una década?

La reina como tal estaba informada “de forma general” sobre Blunt en los 60, pero no se le dieron detalles hasta casi una década después, pues la decisión de ocultar este secreto a la monarca fue tomada por los altos mandos del gobierno británico quienes temían que la noticia se filtrara a los medios antes de poder manejar las consecuencias.

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Según los registros históricos, después de enterarse de toda la verdad, Isabel II sorprendió a todos al tomar la noticia con calma y sin mostrar sorpresa, pues como siempre lo hizo, en momentos de crisis mantuvo la discreción y compostura.

Blunt continuó trabajando en el Palacio de Buckingham hasta que fue desenmascarado públicamente por la entonces primera ministra Margaret Thatcher en 1979, donde la declaración en el Parlamento marcó el fin de su carrera, y fue despojado de su título de caballero.

El espía falleció en 1983, pero su historia sigue siendo una de las más fascinantes de la era moderna. ¿Quién imaginaría que alguien tan cercano a la Reina podría ser un agente doble?