Revelan el testamento del Papa Francisco tras su fallecimiento

En medio del dolor que causó la noticia del fallecimiento del Papa Francisco, se reveló un documento que hizo suspirar a todo el mundo: su testamento, escrito el 29 de junio de 2022.

Tras su partida, el departamento papal fue sellado, y sus restos trasladados a la Capilla de su residencia en la Casa Santa Marta. Allí, el Vaticano emitió un boletín donde compartió el deseo más íntimo de Francisco: su última voluntad sobre su descanso eterno.

En palabras llenas de fe y ternura, Francisco escribió:“Sintiendo que se acerca el ocaso de mi vida terrena, y con viva esperanza en la Vida Eterna, deseo expresar mi voluntad testamentaria sólo en cuanto al lugar de mi sepultura”.

Así que en vez de joyas o bienes, lo que dejó el Papa Francisco en su testamento fue simplemente su deseo de descansar en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, un lugar al que acudía a rezar antes y después de cada uno de sus viajes apostólicos.

¿Dónde descansarán los restos del Papa Francisco?

El testamento no habla de grandes ceremonias ni lujos extravagantes. Nada de eso. El Papa Francisco, siempre fiel a su espíritu sencillo, pidió que su tumba fuera modesta, colocada “en la tierra”, sin adornos ni ornamentos especiales.¿La única inscripción? Solo una palabra: Franciscus.

Además, detalló que su sepulcro debía ubicarse entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza, dentro de esa hermosa Basílica tan especial para él.

Lo más emotivo es que el Papa ofreció los sufrimientos de sus últimos años de vida al Señor, rezando por la paz mundial y la fraternidad entre los pueblos.

¿Qué dejó el Papa Francisco en su testamento sobre su dinero?

Seguramente pensaste que habría dejado una fortuna, ¡pero no! De hecho, el propio Francisco contó en vida que no tenía salario. En el documental Amén: Francisco Responde, confesó que, cuando necesitaba dinero para algo personal, simplemente lo pedía, así de sencillo, y no manejaba cuentas, ni acumulaba riquezas, ni gastaba en lujos.

“Yo cuando necesito plata para comprarme unos zapatos o algo así, voy y lo pido. A mí no me pagan nada. Todo lo que tengo es gratis en donde vivo”, explicó con esa sonrisa tan suya que transmitía paz y sencillez.

Y en caso de necesitar hacer algún gasto más grande, Francisco solía pedir ayuda a benefactores para no afectar las finanzas de la Santa Sede.

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