Adal Ramones muestra su mejor etapa como papá y los proyectos por venir en su carrera

Adal Ramones ha consolidado una exitosa trayectoria, sin embargo, su proyecto más importante ha sido como papá de sus cuatro hijos.

Adal Ramones muestra su mejor etapa como papá y los proyectos por venir en su carrera

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¿La comedia ha sido gran parte de ti, qué es lo más satisfactorio de dedicarte a ella?

Primero, ver cumplidos mis sueños, porque fue una promesa a mi padre. Yo creo que nada más dos o tres cosas quise hacer en mi vida, ser oceanógrafo, porque era fan de Jacques Cousteau, detective, porque me encanta cuando agarran a los multihomicidas o criminales. Y quise ser comediante o actor, y me incliné al final de cuentas por eso. A muy temprana edad cuando conocí el programa de Johnny Carson, yo le dije a mi papá, eso voy a hacer yo, un día voy a tener mi talk show y voy a hacer mi monologue y voy a hacer todo ese rollo en la tele. Y lo proyecté y se cumplió.

¿Cómo crees que ha evolucionado la comedia con las redes sociales y las nuevas generaciones?

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Yo creo que al final de cuentas la base de la comedia es la misma: tragedia más tiempo igual a comedia. Esa es la regla. Tú no puedes hacer comedia de, ‘me fue bien la vida y me gané un premio y tal’. Tiene que haber un... ‘Entonces iba yo a recoger el premio y que choca el taxista’. Tiene que haber tragedia para hacer comedia. Lo que yo creo es que ahora, al final de cuentas, las nuevas generaciones, los que tienen talento, pueden aprovechar su celular, sus redes, para dar a conocer sus rutinas, etc. Pero al final de cuentas, la gente cambió porque se hizo más agresivo, y luego con toda esta generación del cristal, ya no podemos hacer mucha comedia de muchas cosas. Que ya estoy viendo un retorno a lo políticamente incorrecto. Hay mucha gente que te quiere callar y que te quiere clausurar por el rollo de decir tal tipo de comedia.

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Foto: Gabriel “Lobo” García de Alba, Bryan Juárez e Irving Reyes para Colmillo Films

¿Tienes ya una larga trayectoria, en qué momento te encuentras en este momento?

Estoy en un momento, de verdad, muy bendecido. Me encanta porque me ofrecen un montón de cosas, por ejemplo, vengo aterrizando de Ecuador y tuvimos cuatro sold outs allá. Fue increíble, fue con otro humorista, repetimos el Duólogo, que lo hicimos hace 10 años. Acabo de grabar algo para Amazon Prime, tenemos dos nuevos proyectos. Acabo de participar en una serie de Netflix. Aparte en la pandemia, me di a la tarea de escribir guiones y de coescribirlos, y de comprar obras de teatro extranjeras para convertirlas en guiones cinematográficos. Entonces, ha sido increíble. Ha habido más chamba que antes.

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¿Cómo nace la idea de llevar al teatro Otra vez papá?

Hace seis años tuve este texto de Daniel Dátola en la mano, que es increíble. Daniel Dátola y yo nos hicimos grandes amigos virtuales, no nos conocíamos. La leí, pero Karla y yo no estábamos ni embarazados, no era otra vez papá. Y yo decía, yo creo que en mi caso, que sí quiero ser papá, casaría más la obra y el título si soy otra vez papá, que obviamente sí tenía intenciones de serlo. Y siempre quise ser papá, a diferencia del personaje. Arturo López tiene cincuenta y tantos años y su hija mayor tiene 30 y el otro tiene 27, entonces, él dice, ‘ando con una chica joven, pero no quiero ser papá’, y de repente la chica le dice, ‘ups, vas a ser otra vez papá’. El 70% de la obra tiene monólogos, Arturo, mi personaje, rompe la cuarta pared y son carcajadas de cómo el mundo cambió. Si cada año cambia el mundo, imagínate en 30 años, y él hace una mofa de la comparación y el choque generacional que tiene con su nueva pareja. En la vida real, yo le llevo 24 años a Karla, mi esposa, y cuando se embaraza y me pide cosas, yo digo, ¿y para qué? ¿Para qué quieres eso? Hace cinco meses, Karla me dijo, debes de leerla otra vez. La releí, cambié escenas con permiso del autor y afortunadamente nos ha ido muy bien.

“No me he arrepentido un sólo día de mi vida de haber dicho, ya no quiero hacer Otro Rollo”

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¿Volverías a ser papá?

Me dijo un cuate hoy, Adal, tu hija ya está estudiando sola, con 23 años en Los Ángeles. Ahora tu hijo (Diego), que va a cumplir 14, lo voy a mandar a Londres a estudiar. Y dice, ‘Adal, ¿qué se siente el nido vacío?’. Nunca voy a tener el nido vacío. Siempre habrá polluelos o habrá huevos que empollar. Ahorita les conté que mi hija me hizo una broma. No voy a hacer spoiler. Pero, tengo hijos amorosos. Todos los días mi hija me habla para decirme, ‘papá, te amo’. Me manda mensajes, fotos y digo, wow, ahorita con tantos chicos que son extremadamente rebeldes, tengo una hija creativa, inteligente, con ansias de vivir, que yo, la verdad, no se lo he dicho a ella, lo va a leer aquí en esta página. Si yo fuera mujer, quisiera haber sido ella. Es más, hasta siendo hombre, quisiera haber sido como ella. Tiene unas alas enormes, unas ansias de comerse el mundo, de ser libre. Ella le da un sorbo a un helado y es la cosa más maravillosa del mundo. Y digo, ‘Dios mío, cómo exprime la vida esta niña’. Yo disfruto mi vida, pero digo, un toque de Paola Ramones me hubiera venido bien.

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Foto: Gabriel “Lobo” García de Alba, Bryan Juárez e Irving Reyes para Colmillo Films

Sin duda, la crianza ha cambiado en muchos sentidos, ¿cómo vives tú estas diferencias generacionales al tener hijos de distintas edades?

La crianza, la tecnología, los juguetes, Dios mío. Los juguetes eran de cuerda cuando yo era niño, uno que otro juguete, tenía baterías. Era el balero, el yoyo, el trompo. Jugabas en la calle, al avioncito, a las escondidas, jugabas al bote pateado. Ahora los niños, la nana es la tablet o la tele. Sí, cambió todo. Fíjate que me ha tocado vivir más relajado estos dos hijos más recientes. Paola, de 23, Diego, en septiembre, 14, que los va a cumplir solito (estudiando en Londres). De mi siguiente matrimonio son Cristóbal, de 5, y Cayetano, de un año, que acaba de cumplir hace tres semanas. Me tocó distinto, porque yo era demasiado intenso con Paola. ‘¡El chupón, los gérmenes!’, acababa de ser papá, ahora veo tragar arena a Cayetano y le digo, ‘no comas eso. Bueno, allá tú’. Es distinto, vivo de otra manera. Yo enseñé a mi exesposa y a mi esposa actual, a bañarlos, a secarlos, a dormirlos, a poner pañales, y luego los dejé. Me toca viajar mucho, me acabo de perder el primer día que gateó Cayetano, pero creo yo que cada momento con redes, sin redes, con video, sin video, he vivido intensamente a mis hijos.

¿Cómo ha sido para ti lograr este balance entre tu carrera y tu familia?

Yo dejé Otro Rollo, primero porque quería dejarlo arriba. En mi visión, que nadie lo veía, ni los ejecutivos, yo dije, ‘le falta poquito para que empiece a ser repetitivo’. Ya eran 12 años, tratando de innovar, haciendo cosas virales. El botellazo del poeta que inventamos nosotros, que no fue poeta y que no fue real, fue de las primeras cosas que se viralizaron hasta en otros países. Cuando hicimos a Los Vázquez Boys, la parodia de los Backstreet Boys, fue la primera vez que se hacía un lip sync challenge. Las dinámicas con los artistas, las cosas arriesgadas, de tirarme de un trampolín, de volcarnos en un automóvil, nadie lo había hecho en la televisión. Entonces lo paré a los 12 años y los jefes me dijeron, ‘¿cuánto quieres? Te pagamos más, sigue haciéndolo’. Y yo, ya no. No quiero, por dos razones. Porque ya veía lo que iba a ocurrir en dos años más y quería dejarlo arriba, en el gusto de la gente. Y la otra era, que nunca voy a disfrutar de, ni del dinero que estoy ganando, ni de mis hijos, ni salir de vacaciones. Preferí parar un programa con tanto éxito para vivir. Pero no me he arrepentido un sólo día de mi vida de haber dicho, ya no quiero hacer Otro Rollo.

¿Qué legado te gustaría dejar a tus hijos?

Ellos ya lo tienen. Me presenté en Monterrey, fue la segunda ciudad de Otra vez, papá. Volé a mis hijos y a Karla, mi esposa, ellos no la habían visto. Nos fuimos a cenar, y me decían, ‘papá, de ti hemos aprendido la puntualidad, la entrega, el que estás muerto de cansancio y ahí estás, que lo que sueñas lo haces’. Y yo dije, sí, pero no vivimos para trabajar. Trabajamos para vivir. Y lo entendí desde la época de Otro rollo. ¿Por qué quiero tres coches?, ¿por qué quiero relojes caros? No tengo relojes caros, no me gusta la ropa cara, no me gusta la ropa de marca, no me gusta nada de eso. Entonces, decidí desde hace muchos años vivir ligero. Pero el legado que tienen ya ellos es, papá, cumple sus sueños. Eso es lo que más me gusta, que ellos me lo dijeron en la cena. Tú cumples tus sueños.

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Foto: Gabriel “Lobo” García de Alba, Bryan Juárez e Irving Reyes para Colmillo Films

¿Qué sueños siguen por cumplir?

Durante mucho tiempo me rehusé, cuando todavía no era una industria las películas y las series, como que dije, no, yo sigo haciendo televisión. A partir de la pandemia, dije, vamos a hacer películas, y ahora sigue la primera serie, y ya está el piloto de un reality de comedia que hicimos para otra plataforma. Pero lo que más me gusta a mí es el en vivo, que rara vez lo hacen ya. Las compañías le tienen pavor al en vivo, y en la época en que yo hacía programas en vivo era, ¿qué va a decir hoy?, pero realmente, el pánico y el temor se apoderó de repente de las televisoras.

Más de Adal

Tú como papá en tres palabras: Estricto, divertido, y, entregado.

Tu película favorita: Uf, es muy difícil que me digas eso, pero, si yo me quedara con una película, yo creo que me quedaría con La Trilogía del Padrino.

Tu plan en familia preferido: Sería vivir en un bosque y tener un restaurante, y yo poder trabajar en eso para poder ver a mis hijos a cada rato.

Tu mejor consejo como papá: Yo creo que repetiría el que me dijo mi padre en su momento, no quiero ver un diploma colgado en la pared, solamente quiero que la mayor parte de tu vida seas feliz. Se lo atribuyen a mil pensadores, para mí lo dijo mi papá, consíguete un trabajo donde toda la vida juegues, y sientas que no trabajas.

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Ailedd Menduet

Amante de la moda, el mundo de la belleza, el bienestar y el arte. El escribir y compartir sobre lo que amo es un privilegio.

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